Dicen que por las noches se escuchan lamentos. Dicen que son los llantos de los espíritus de los muertos. Dicen que sobrecogen al más fuerte y valeroso, y que nadie se atreve a pasar por aquellos lugares donde se escuchan estos lamentos.
Así sucedió que un día, escuche la voz que lloraba, creo yo más que un lamento, era como si el cielo mismo llorará, y escuché como si me hablasen al oído, y me dijesen: “ Grande es mi dolor, no hay sobre la tierra, no ha habido en la historia un dolor mas grande que el mío, pero no lloro ni me lamento para buscar o pedir consuelo, quiero mas bien que este sufrimiento sea el que me lleve a los brazos del eterno, y que mi dolor como una daga abra mi corazón que lejos de odiar, que lejos de resentir y de rechazar, ama aun en el sufrimiento. Quiero morir con el susurro del viento sin que nadie diga nada, como una hoja caída, dejadme sentir, llorar, sufrir, para hacer de mi amor una visión del amor eterno, que lo dio todo y después de todo mucho mas porque se adentró con un puñal y, con el corazón abierto a los mas alto quiere llegar a sentir aquel amor que fue capaz de darlo todo, de darlo todo por nada".
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Pintura y Escrito:
Oscar Basurto Carbonell
Espejos de el alma
Armonía y Paz
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